Las casualidades de la vida hacen que un regalo sorpresa se convierta en el mejor regalo posible y esta vez lo fue. Miriam le quiso regalar un reloj a Juanjo aunque ya tenía uno puesto para el gran día. Justo unos instantes antes de que su madre se lo diera junto con una nota manuscrita por ella… el reloj de Juanjo se paró. La reacción fue emotiva y no tardó en escribir su mensaje para que nosotros se lo entregásemos a ella, lo que se tradujo en una grata sorpresa. Aquí os dejamos una muestra de ese día, esperamos que os guste.